En la mujer los líquidos vaginales cargan, en el hombre la expulsión de sus líquidos lo descargan.
El líquido de la vagina es para el taoísmo parte de los líquidos nutricios que se utilizan para la alquimia interior del cultivo energético. El hombre sabía beber de ella tanto con su boca como con su pene. En el Tao el pene sabe no solo dar sino también tomar y es en esa toma donde su próstata y su corazón se refrescan, ya que nuestro líquido es de naturaleza yin, refrescante y nutricio.
En esta interacción ambos nos balanceamos, la mujer en su excitación y orgasmo caliente su útero y su corazón y el hombre refresca. Así sucede el matrimonio interior que genera un crecimiento no solo en la salud sino en el plano espiritual.
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